jueves, marzo 27, 2008

The Adventures of Sam and Max: freelance police


Existen series animadas que por razones diversas, más que nada por que son buenas, se vuelven objeto de culto por un grupo selecto de seguidores. Existen muchos casos, pero en este particular, haré referencia a una que personalmente, echo mucho de menos.

The Adventures of Sam and Max: freelance police, fue una serie que se transmitió a fines de los 90 en Fox Kids (hoy Jetix), de una efímera existencia de 24 episodios pero todos ellos recordables.

Los personajes están basados en una serie de comics creados por Steve Purcell en 1987, y que han pasado por las páginas de compendios impresos, televisión y videojuegos. Ambos son detectives privados, o como refiere el título, “policías por honorarios”; Sam es un perro antropomórfico sarcástico que recuerda en mucho los detectives de la época de cine negro de los 40, acompañado por Max, un conejo hiperkinético medio maniático por las armas y la violencia.

Sus aventuras recurren a constantes referencias y parodias de diferentes elementos de la cultura popular, desde películas hasta series de TV y otros comics, con un manejo de humor satírico y surrealista, además de manera violenta (aunque dentro de los parámetros de las series animadas comerciales, pero en el comic es mucho más gráfico).

El ritmo era ágil, los gags continuos y las referencias paródicas satíricas eran constantes, lo que quizá se podía considerar adelantado para esa época y cuestionable si se trataba de algo apropiado para el público infantil. Sin embargo, considero que si Jetix conserva los derechos, muy bien haría en retransmitirla, o al menos, dejarlo que otra cadena lo haga.

El comic en sí es un objeto de culto en Estados Unidos, y la serie, pese a no haber tenido éxito comercial, respetó mucho de la esencia original. Y algo que le ayudó mucho es el doblaje en español que pese a tener mexicanismos, estos eran apropiados a las circunstancias y la intención de los gags.

Salve pues, Sam & Max, y tan sólo resta esperar que se obre el milagro de su retransmisión en TV.