domingo, diciembre 09, 2007

Beowulf: virtualizar los héroes, no modernizarlos


Reconozco que nunca leí el poema de Beowulf. Sin embargo, le dí la oportunidad a Robert Zemekis de convencerme de que las películas con actores virtuales son la actualidad en Hollywood. Pero una vez más, sigo convencido de que de nada sirve una película con los mejores efectos especiales de la historia, sin una buena historia que lo sustente.
Beowulf refrendó esta convicción. Si bien la imagenería es muy buena, la CGI aún es fría y poco expresiva, y hace falta mucho más que la captura de movimientos del rostro para dotarle a estos personajes de esa alma que un buen actor puede proyectar. Por eso me pregunté al ver la película, ¿para qué la CGI si se pudo haber hecho con actores?
Amén de esa falta de emotividad, también está el propio tratamiento a la obra original. Beowulf, el poema, el protagonista responde al cánon propio del héroe de la época, noble, modesto, caballeroso. un perfil que en la actualidad, no encontramos en algún nuevo héroe. Hoy son unos portentos de hombría, valentía, temerarios, hacen alarde de sus hazañas y son todos unos garañones con las damas. Eso fue lo que Neil Gaiman y Roger Avary pensaron cuando adaptaron el texto original al público moderno. Lo convirtieron en un fanfarrón, mentiroso, un garañón... en pocas palabras, convirtieron un héroe del siglo nueve o 10, en un antihéore del siglo 21.
El Poema de dos partes, divididas entre sí por 50 años y un mar de distancia, fueron reunidas en una sola historia, en un solo sitio, alterando además las convicciones, actitudes, perfiles y características de los personajes. Si bien podemos darle el voto de confianza de que así eran más humanizados, también hay que señalar que si se basa en una obra ya definida, lo menos que se podría exigir es al menos se respetara lo mínimo de un perfil de personaje.
Lo que lleva a preguntarse a si la película necesitaba de factores externos para llevar espectadores que a sí misma. Ello por que el peso principal de la promoción mercadotécnica era ver a Angelina Jolie como la madre de Grendell, el monstruo, seductora y casi desnuda, en un perfil muy diferente al del poema. Sexo vende, cierto, pero también es un truco barato.
Beowulf del siglo 21 está más cerca del público contemporáneo, que del espíritu idealista de un pasado que Holywood insiste en modernizar, ya que los valores de la antigüedad, si bien todavía pueden dejar algo positivo, nada tienen que ver con los nuevos valores de la actualidad, más perjudiciales pero más liberales, dicen.

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